"...Creo en todas las escusas.
Creo en todas las razones.
Creo en todas las alucinaciones.
Creo en todas las mitologías, recuerdos, mentiras, fantasías, evasiones.
Creo en el misterio y en la melancolía de una mano, en la gentileza de los árboles, en la sabiduría de la luz."
Creo (fragmento final. J. G. Ballard)

jueves, 3 de marzo de 2011

La crisis del sistema canovista y la dictadura de Primo de Rivera.

El inicio del siglo XX está claramente marcado por la crisis política, económica y social generada en España tras el desastre del 98 con la pérdida de los territorios de ultramar americanos y asiáticos. El acceso al trono de Alfonso XIII en 1902 acabó con la larga regencia de María Cristina, viuda de Alfonso XII, y supuso el reforzamiento del papel de la monarquía en la política, en un momento clave en la vida del país. Como consecuencia de la crisis finisecular, aparece lo que se ha dado en llamar "regeneracionismo", movimiento transversal que irrumpe en la política con la intención de acabar con las prácticas políticas desarrolladas durante la Restauración y situar a España cerca de los estados más modernos del momento.


A la altura de los años veinte, el régimen de la Restauración toca fondo. La oposición al sistema del turno es cada vez mayor, incluso desde aquellos que participan en el mismo. En la búsqueda de soluciones, el propio monarca llega a aceptar el golpe del general Primo de Rivera, de septiembre de 1923, que es visto por grandes capas de la sociedad como un intento más de regenerar el país y sacarlo de la profunda crisis en la que se encuentra. El proyecto del general se concretó en una serie de principios: acabar con el caciquismo, recuperar el órden público deteriorado, implantar una política de nacionalismo económico y solucionar el problema de Marruecos, e implantar un único partido político (Unión Patriótica) para acabar con la confrontación.

Uno de los objetivos fundamentales del dictador era conseguir el final del caciquismo. Para ello disolvió todos los Ayuntamientos y las Diputaciones Provinciales, siendo sustituidos por las Juntas Municipales a las que se incorporaron vocales designados por sorteo entre los mayores contribuyentes. (...) La política económica de la Dictadura se basó en un fuerte proteccionismo, el fomento de la producción nacional, la recuperación de sectores económicos que estuvieran en manos de capital extranjero y un decidido intervencionismo. (...)

Cuando el dictador perdió la confianza de Alfonso XIII, en enero de 1930, pocos apoyos le quedaban. Ni sus compañeros de armas, ni la burguesía, ni los intelectuales, ni la clase obrera, ni los sectores políticos que le sustentaron estaban ya junto a él. Sólo los miembros de la Unión Patriótica seguían confiando en el general. Tras la etapa primorriverista y los gobiernos de los generales Berenguer y Aznar, comienza, tras las elecciones celebradas el 12 de abril de 1931, la segunda experiencia republicana en la Historia de España.


Meco. Un siglo en la memoria de nuestras gentes. Vicente Camarena y Jesús González.

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