"...Creo en todas las escusas.
Creo en todas las razones.
Creo en todas las alucinaciones.
Creo en todas las mitologías, recuerdos, mentiras, fantasías, evasiones.
Creo en el misterio y en la melancolía de una mano, en la gentileza de los árboles, en la sabiduría de la luz."
Creo (fragmento final. J. G. Ballard)

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Breve biografía de algunos personajes históricos.

Abd al-Rahman I. Emir de Córdoba.
Durante casi un siglo (entre los siglos VII y VIII) un miembro de la familia omeya ostentó el título de califa, máximo jefe político y religioso de los musulmanes. El califato, que tenía su capital en Damasco, se vio envuelto en una guerra civil (750) de la que salió triunfante la familia abasí, que asesinó a la mayoría de los omeyas y se adueñó del califato, trasladando su capital a Bagdad. Abd al-Rahman, uno de los pocos supervivientes omeyas, partió hacia al-Ándalus y se proclamó, en el año 756, emir (príncipe) de Córdoba, independizándose del califato de Bagdad y del poder de los abasíes. Convirtió su poder personal en una dinastía que gobernó al-Ándalus durante dos siglos, designando heredero a uno de sus hijos. El año 785 ordenó iniciar la construcción de la mezquita de Córdoba.

Jaime I El Conquistador. Rey de Aragón.
Rey de Aragón, uno de los más reconocidos de la historia peninsular, vivió en el siglo XIII (1213-1276). Fue el monarca que inició el proceso de expansión de la Corona aragonesa y con ello convirtió a Aragón en una potencia marítima mediterránea. Entre los años 1229-1235 dirigió la ocupación y conquista de las Islas Baleares y, una vez logrado el objetivo expulsar a los musulmanes de las islas, en 1238 conquistó el reino de Valencia. Los reinos de Mallorca y de Valencia se integraron en la Corona Aragonesa recibiendo leyes e instituciones propias y diferentes de las de Aragón y Cataluña.

Enrique el Navegante. Infante (príncipe) de Portugal.
Hijo de Juan I, primer rey de la dinastía de Avís, hermano del rey Eduardo I y tío del rey Alfonso V, Enrique fue un personaje clave para entender la pujanza portuguesa en el siglo XV, posiblemente la más importante figura del inicio de la Era de los descubrimientos. Enrique de Avís y Lancaster, conocido como Enrique el Navegante, se convirtió en el gran promotor de las expediciones marítimas portuguesas. Con su apoyo se creó la escuela de navegación de Sagres, donde recalaron astrónomos, geógrafos, cartógrafos y navegantes. Portugal, apoyado por la burguesía mercantil y por las importantes ciudades costeras, inició una carrera a través del Océano Atlántico ocupando Ceuta (1415), Madeira (1418), las Islas Azores (1432) y Tánger (1471). Exploraron la costa occidental africana en busca de oro y siguieron hacia el sur intentando abrir una ruta hacia las Indias Orientales y conseguir las apreciadas especias. Entre 1487 y 1488 Bartolomeu Dias llegó al cabo de Buena Esperanza, en el sur de África.

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